Nuestras ansias jamás estuvieron contenidas en una fotografia, una canción o tu ánimo. Al final todos resultan eternamente efímeros.
Se hallan en las alas... las lágrimas de aquel niño que no te deja y cuyo llanto mi nuca te guarda. En la inseguridad de emprender, natural de tus sueños.
...En estas pinceladas...
...y luego de habernos embarcado en semejante vuelo, de tranquilidad y dolores, es posible que logres engañarte con la riqueza de lo orgánico, terrenal y palpable... En el viento, te dejo los colores, que con soltura, mi pelo te otorgó...
Por tu olvido... y mi esencia.
Un brindis.
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