Hoy tuve la valentía de ponerme las cartas sobre la mesa. De plantearme los errores de pigmento de estas pinceladas; de la debilidad de las ilustraciones que tejí alrededor de tu espalda y de la falta de equilibrio en la columna que levanta mi cabeza.

...la firmeza que tanto admiraba en mis piernas de pronto desapareció con tu olvido...
y caí...
...desmayé ante mis intentos por no entender aquellos trazos que la historia me hacía recordar.

Pero en esta noche, por motivos que aun no logro plasmar en mi lienzo, quise salir del rincón testigo de mis tristezas, que todavía no se evaporan con el sol.

No me atrevo a firmar los bocetos en los que no tengo noches de nostalgia, o en los que no voy a ir en pos de noticias de ti. Pero intentaré no ser infiel a mi amor propio en proceso de reconstrucción.

Por amor a ti, me confronto...
Por amor a mi, queriendote, me despido.